DE CÓMO CADICAMO CONOCIÓ A MADAMME YVONNE ( O DE CÓMO EN LA PUERTO RICO SE CURAN LOS MARES DE AMOR)

Es la mesa de Yvonne la que conmueve.

Un amor que tarda en concluir, lo mismo que el champán.

Alondra gris, fénix, levanta vuelo, convertida en tango, clavada sin piedad en la memoria de aquel argentino.

Y el signo de la Cruz del Sur es, ahora, el de la eternidad.

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