AMOR EN LOS GALGOS
“Anita y Enrique” dice el corazón tallado en la mesa del cafetín de Buenos Aires.
Ella, toda risa.
El, flaco, fané y descangayado.
Las ilusiones robadas retornan en canciones.
El romance tiene cien años y lo custodian dos perros de porcelana.
(El malevaje extrañao, los mira sin comprender)
Ella, toda risa.
El, flaco, fané y descangayado.
Las ilusiones robadas retornan en canciones.
El romance tiene cien años y lo custodian dos perros de porcelana.
(El malevaje extrañao, los mira sin comprender)
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