Hay una mesa de
billar hechizada en un bar de la calle Sanabria. Los jugadores disputan
partidas que detienen el tiempo. En vano intentan una última carambola, todo
vuelve a empezar. De algún modo, se garantizan la vida eterna frente a un paño
verde, lo que no es poca cosa.
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ODA AL PREFERIDO DE PALERMO
Oh! Bodegón notable, donde el color estalla Tus mesas se pueblan de palabras pero el silencio deviene obligatorio cuando los platos convocan al deleite. Los aromas invaden las miradas y el brindis entre amigos se comulga en Palermo, esquina venturosa en la que habitan, los sabores más próximos al éxtasis.
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